martes, 4 de enero de 2011

LOS NIÑOS Y LOS PERROS


La actualidad sobre los accidentes de niños con perros nos recuerda hasta qué punto es necesario enseñar a los niños los comportamientos adecuados de cara a "al mejor amigo del hombre".

Es verdad, una mascota, un perrito cachorro es algo que casi todo el mundo quiere tener, acariciar, ¡y entablar una amistad!... Sin embargo, un animal, incluso familiar, acostumbrado a vivir en familia, sigue siendo un animal, u puede tener reacciones imprevisibles (el 95% de los accidentes con son con perros de compañís).

Para evitar los accidentes, te presentamos algunos consejos para enseñar a los niños a conocer a los perros y a saber comportarse con ellos.

Con los trucos que te damos, descubrirás qué debes evitar a la hora de educar a tu perro.


Los niños pequeños tienden a creer que los perros son como ositos de peluche que pueden manipular a su antojo.

Y no es el caso, evidentemente: los perros son seres vivos, animales que conservan reacciones imprevisbles para con los humanos.

Los niños deben comprender y aprender a respetar al animal, a no olvidar que son animales y se comportan como tal.
¿Y cómo?


Cuando el niño es pequeño, no hay que dejarle nunca solo con el perro. Y a medida que va creciendo, ir explicándole la diferencia en tre un perro y un objeto.


Cualquier animal debe ser respetado en cuanto sus costumbres y su integridad. A la edad de 5 ó 6 años, incluso a une edad más temprana, mediante palabras muy simples, podemos explicar a nuestro hijo la «pssicología» canina.

Un perro es un animal de jauría: y como tal debe tener un «jefe», es decir un dueño, al cual debe someterse y obedecer. Ese dueño es el padre o madre, los adultos.

Los niños deben comportarse sin agresividad con el perro, no deben maltratarlo, ni siquiera para jugar.

El perro más bueno y obediente y más acostumbrado a la presencia de niños, puede reaccionar mal si se le hace daño o si se siente amenazado.

Por eso mismo, paradójicamente, una «caricia» algo brusca puede ser mal interpretada por el animal, y éste se puede rebelar.


Las precauciones con el perro de la casa o el perro de amigos, son fáciles y aplicables: tanto en la vida diaria, en los juegos o frente a perros ajenos.

No obstante, hay que conocerlas... ¡y aplicarlas!

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