Algunas mujeres, como consecuencia del miedo a la soledad encadenan una ruptura sentimental tras otra. Es decir, toman la pareja como una medicina contra la soledad, un parche emocional que está lejos del amor que debe ser la base de una relación estable y equilibrada. En algunos casos, existen personas que son adictas a la etapa inicial del enamoramiento, caracterizada por la emoción sin límites y la magia que envuelve el corazón de los enamorados. Sin embargo, tras el entusiasmo de esa etapa inicial llega otro periodo de descubrimiento mutuo más sereno. Aquellos que confunden el amor con la emoción deciden poner punto y final a la relación, sin embargo, el amor verdadero incluye una serie de etapas que conviene superar para que una relación de dos perdure y se consolide en el tiempo.
Superar el miedo a la soledad es fundamental para poder amar libremente ya que una de las claves de la vida está en descubrir que a veces se puede experimentar mayor sensación de soledad en compañía de otra persona que cuando precisamente se está sola. La soledad es más que un concepto que remite a la individualidad. Es posible estar sin pareja y sentirse bien emocionalmente puesto que la amistad también es un alimento emocional importante. Un verdadero tesoro que merece la pena cultivar y conservar incluso estando en pareja.
El miedo a la soledad remite mediante la aceptación interna de uno mismo porque además, precisamente, en los momentos de soledad es posible conocerse y comprenderse mejor a uno mismo. El autoconocimiento fundamenta los pilares de la felicidad.
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