La keratina (o queratina) es una proteína que forma parte de las capas externas de la piel, del pelo, y de las uñas. Nuestro cabello está formado por microfibras de keratina compactada, que se mantienen unidas con enlaces disulfuro. De la cantidad de estos enlaces depende la forma de nuestro cabello: si hay pocos, será lacio; y se irá rizando a medida que abundan. Cuando se aplica calor o humedad, puede alterarse esta unión, como podemos comprobar cuando el cabello está mojado, que se estira, o cuando lo planchamos.
A su vez, la cutícula del cabello también esta formada por células de keratina y se ocupa de sellar el color y el brillo del pelo. Varios factores del medio ambiente y nuestra rutina afectan las cutículas, provocándoles su deterioro o estimulándolas a que se abran, dañando el sellado. Estos factores son un mal cepillado, la contaminación del aire, y el uso de productos para el cabello muy agresivos como agentes decolorantes o tinturas. Afectado por ellos, el pelo se seca y se vuelve quebradizo.
Es por esto que los tratamientos a base de keratina se basan en reforzar y sellar apropiadamente esta capa protectora que forma la cutícula y además tiene un efecto 100% alisado. Luego se aplica el calor, se estira el cabello y se vuelve a reforzar la keratina para que el sellado fije la forma lacia del cabello.
Los pasos usuales en el tratamiento capilar con keratina:
Se lava profundamente el cabello, y luego se lo seca casi completamente;
se separa el cabello en secciones de unos 3 centímetros y se aplica la keratina con un pincel, como la tintura;
con el secador y un peine, se estira bien cada mechón para sellar la keratina;
se plancha el cabello para optimizar el sellado, y se deja reposar el tiempo que indique el especialista;
se vuelve a lavar el cabello para deshacerse de los residuos, se aplica una crema protectora, se enjuaga y se vuelve a secar el cabello con el secador.
Después de someternos al tratamiento, deberemos dejar el cabello tres días sin mojar, para que la keratina se fije adecuadamente. Cuanto más dañado esté el cabello, el efecto será más impresionante. Su acción se extiende durante tres o cuatro meses, pero cuanto más lo hagamos, más durará cada vez. Para extender su acción aún más, lo mejor es utilizar shampoo con Ph bajo y evitar el contacto con agua salada (agua de mar, por ejemplo).
Este tratamiento es altamente recomendado porque no implica la aplicación de ningún químico, fortalece totalmente el pelo, y es natural: estamos agregando una proteína que ya tenemos y optimizando su acción.
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