martes, 11 de enero de 2011

SMOOTHIES O LICUADOS, LO MAS FRESCO DEL VERANO


Bebida vitaminada por excelencia, el smoothie está en la base de una mezcla de frutas frescas batidas y jugo de frutas. Contrariamente a su hermano mayor el batido, generalmente no se le añade leche ni hielo. Pero la receta está lejos de establecerse y son posibles numerosas variantes. ¡A ti te toca improvisar y según tus gustos!

¿Qué frutas se pueden elegir?
No hay límites. Evidentemente, puedes utilizar frutas frescas, pero también congeladas (muy práctico para las que no son de temporada), o frutos secos (como dátiles o arándanos).

¿Mezcladora, batidora o licuadora?
Se aconseja una mezcladora, un pequeño robot compuesto simplemente por un bol y una lámina. Si no tienes, puedes utilizar un robot de cocina clásico. En todos los casos, el robot debe ser bastante sólido y potente para mezclar frutas congeladas.

Una licuadora te será útil si quieres hacer zumo de fruta. Infórmate bien antes de escoger el modelo: si se puede centrifugar cualquier verdura, si la máquina tiende a oxidar más rápidamente los zumos, si la abertura es bastante grande para introducir las frutas y las verduras, etc.
Si prefieres comprar zumos elaborados, que sean de calidad: evita el azúcar añadido y los conservantes.

La técnica
¡No hay! ¡Se seleccionan los ingredientes, se ponen en la mezcladora y se mezcla! Sólo hay que probar.
Según la consistencia que quieras darle a tu smoothie, puedes añadir yogur o helado para espesarlo; o la leche y zumos para que quede más suelto.

Las variantes
Hay muchas… ¡y más o menos dietéticas! Lo esencial es conservar la base de fruta fresca + zumo de fruta. El resto, según tus gustos.

Con verduras
Evidentemente, es posible preparar smoothies con verduras. Prueba con tomates, zanahorias, lechuga, aguacate, pepinos… No olvides las hierbas frescas para realzar la mezcla: albahaca, cilantro, menta, etc. Por último, algunas mezclas frutas/verduras son deliciosas: naranja/zanahoria por ejemplo.
Con leche
Puedes utilizar leche de vaca, pero las leches vegetales (arroz, avena, soja), por su sabor particular, pueden ser sustitutos sabrosos.
También puedes utilizar yogur, que espesará la mezcla. Que sea cremoso para un resultado todavía más untuoso.
Con helado
Podemos poner hielo picado, que transformará el smoothie en un refresco, o escoger dos opciones mucho menos dietéticas pero deliciosas: helado o sorbete. Otra forma suplementaria de jugar con los sabores.
Con azúcar
Puedes añadir azúcar en polvo, pero utilizar edulcorantes naturales como la miel y el jarabe de arce aportará aromas suplementarios. También puedes utilizar edulcorantes. En todos los casos, limítate a 1 cucharada sopera para 2 vasos.
Con especias
Canela, citronela, jengibre, etc. Utilízalas con moderación para no tapar el sabor de la fruta.
Con complementos
Para una verdadera bebida saludable, añade complementos naturales: algas, ginseng, polen, hierba… Lo tendrás que probar varias veces para dar con la cantidad correcta.
¿Y la decoración?
Puedes espolvorear tus smoothies con frutos secos picados (nuez de pecan, avellanas, etc.), añadir una rodaja de limón, etc.

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