La fórmula básica de la conserva consiste en la esterilización del alimento y su posterior almacenamiento en recipientes herméticos llenos de líquido, lo que favorecerá su buena conservación, bien por tratarse de materia grasa, o por ser líquidos que contengan productos esterilizadores.
Los envases deben ser de cristal y estar previamente esterilizados, hirviéndolos con las tapaderas durante 5 minutos. Escurridos muy bien y llenarlos con el producto a conservar preferiblemente cuando aún estén templados.
Los tarros a utilizar para las conservas deben ser de cierre hermético, bien de rosca o con cierre de palanca.
Una vez que los tarros estén llenos, taparlos ligeramente para que al cocer pueda salir el vapor y formar el vacío.
Para realizar frutas en conserva, debe escogerse una fruta que se pueda macerar durante unas horas previas a la cocción con su mismo peso en azúcar. Posteriormente se cuecen en su propio jugo hasta alcanzar el punto.
Para que las mermeladas queden con una consistencia espesa y adecuada, es aconsejable utilizar peptina y unas gotas de jugo de limón.
Si no se dispone de peptina, dan buen resultado las pieles y las semillas de las manzanas ya que ellas las contienen en gran cantidad; pueden ponerse a cocer con la preparación, envueltas en una gasa o muselina para poder retirarlas cómodamente
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