lunes, 10 de enero de 2011

Jabones de Marsella, la nueva técnica europea


El jabón de Marsella es el antecedente de los actuales jabones de tocador, y su origen se remonta al siglo XV, donde el jabón consistía en una mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales.



Los componentes principales como el aceite de oliva y la sosa natural, abundantes en las costas del Mediterráneo, hacen que en las ciudades de la región prolifere la industria jabonera.

Con el progreso de la medicina y los hábitos de higiene, en el siglo XVII aumenta el consumo de este tipo de productos y el jabón de Marsella adquiere su reputación.



Para comienzos del 1700 existen en Marsella 30 jabonerías ya instaladas y en plena producción, exportando hacia el norte de Europa, Inglaterra y el Imperio turco. En la actualidad solo sobrevive en Marsella una jabonería artesanal, que conserva el proceso de fabricación tradicional.

El jabón de Marsella es mundialmente reconocido por sus cualidades higiénicas, se trata de un producto natural, con gran poder bacteriológico y no alérgico, que hacen que este jabón sea recomendado el recomendado de los pediatras y de los dermatólogos para el cuidado de pieles sensibles y delicadas.



El jabón de Marsella tradicional, es un producto natural que se fabrica exclusivamente con aceites vegetales, sin agregados de colorantes, los grasas animales o tensoactivos sintéticos componentes típicos de los productos industriales modernos. Esto sumado a las propiedades humectantes del aceite de oliva que lo compone le confieren al jabón de Marsella sus aún codiciadas propiedades hipoalergénicas, antisépticas y antibacterianas.

Hoy en día, el jabón de Marsella se puede encontrar en en pastilla, en polvo o en crema y se utiliza tanto en la higiene personal como para la limpieza de algunos objetos y ropa delicados.

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