lunes, 5 de septiembre de 2011

Fecundación in vitro (FIV), ciclos naturales y estimulación ovárica


La fecundación in vitro (FIV) ha transformado la medicina de la reproducción, de manera que casi todo el mundo obtiene descendencia de una forma u otra. Los mejores protocolos de estimulación ovárica, la cuidadosa transferencia de embriones y el avance en las técnicas de desarrollo embrionario extracorporal han conseguido mejorar los resultados clínicos. Hasta hace poco era necesario transferir varios embriones a la cavidad uterina, pero en la actualidad se comienza a dar importancia a los ciclos naturales (sin tratamientos hormonales) en las técnicas de FIV y a reducir el número de embriones transferidos. Las mejores tasas de impantación conseguidas permiten reducir el número de ovocitos generados. De forma que las necesidades de estimulaciones múltiples van perdiendo vigencia.
El ciclo natural produce la selección natural del ovocito madura por mecanismos fisiológicos y a la vez produce el endometrio normal sin artificios sin exposición a grandes tasas hormonales que pueden alterar la receptividad para el embrión. Además, la FIV con ciclo ovulatorio natural evitaría la maayoría de riesgos de la estimulación hormonal del ovario, especialmente el síndrome de hiperestimulación ovárica y el embarazo múltiple.

No obstante los ciclos sin estimulación ovárica tienen algunos inconvenientes: bajas tasas de embarazo por ciclo, alta tasa de cancelaciones por la ovulación precoz, elevaciones prematuras de LH, punciones foliculares sin recuperación de ovocito, fallos de fecundación del ovocito y mala calidad del único embrión conseguido. Por lo tanto, hay que ser cauto a la hora de decantarse por los ciclos naturales o la estimulación ovárica.

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