domingo, 16 de octubre de 2011

Peeling casero


Como sabemos, el peeling es un tratamiento que tiene como objetivo deshacerse de las capas más superficiales de la piel, que son las que albergan la mayor cantidad de imperfecciones. Puliendo la dermis y eliminando las células muertas, se logra borrar estos signos de la edad –manchas de sol, cicatrices leves, arrugas suaves, líneas de expresión. Además, se estimula la generación de colágeno, dando a la zona un aspecto rejuvenecido y sano.

Receta para hacernos un peeling casero y libre de agentes químicos
Lo que vamos a hacer es picar un puñado de hojuelas de avena (preferentemente orgánica) hasta que queden bien desgranadas, y vamos a mezclarlas con el jugo de medio limón. Esta pasta será aplicada en el rostro con movimientos circulares. Lo ideal es que la avena y el limón actúen cinco minutos, pero como cada piel reacciona de distinta forma, si experimentamos ardor o irritación sólo vamos a dejarla actuar durante un minuto, la siguiente vez durante dos, y así hasta lograr los cinco minutos ideales de tratamiento. El objetivo de este paso es abrir los poros retirando células muertas.

A continuación calentaremos un poco de miel (menos de una cucharada), hasta que esté tibia. Con un algodoncito, la aplicaremos aún tibia sobre la piel, y la dejamos actuar durante otros cinco minutos. La miel emparejará nuestro tono y suavizará la piel.

El último paso es tonificar. Si seguimos usando elementos naturales podemos optar por jugo de medio tomate mezclado con una cantidad análoga de jugo de pepino; medio ajo; o directamente vinagre de manzana. Lo aplicaremos en todo el rostro (o frotaremos, en caso del ajo), especialmente en las manchas, y dejaremos que actúe 20 minutos antes de enjuagar con agua fría.

Es muy importante tener en cuenta que no debemos repetir este tratamiento más de una vez por semana; nunca debemos combinarlo con otros exfoliantes; y a la mínima reacción de irritación, ardor o dolor, debemos retirarlo con agua fría. Es normal sentir que la piel queda un poco más sensible y reseca de lo común, y por eso recomendamos realizarlo de noche, para no exponer nuestro rostro al ambiente de forma inmediata. Recordemos siempre utilizar protección solar.

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