miércoles, 19 de octubre de 2011

Resumen 100 años de soledad

Personajes:

José Arcadio Buen día: personaje principal. Es un hombre soñador
e ingenuo. El fundador de Macondo. Un hombre con gran curiosidad
por la ciencia y generoso .

Úrsula: personaje principal. Úrsula es el personaje que tipifica la
realidad de las madres en América Latina. Defensora de su familia y
proveedora de lo necesario. Úrsula es supersticiosa y muy generosa.

José Arcadio: personaje secundario. Lleno de vida y deseoso de
conocer el mundo. Bondadoso y un poco bruto.

El Coronel Aureliano: personaje principal. Aureliano es callado y retraído en su juventud y, más tarde, aguerrido y violento. Imposibilitado para el amor y expresar sus sentimientos.

Amaranta: personaje secundario. Amaranta creció alejada del cariño de su madre y de la atención de José arcadio Buendía. Vivió su vida amargada por el amor no correspondido de Pietro Crespi. Vivió atormentada por la pasión que sentía por su sobrino y el no poder confiar en nadie.

Aureliano Segundo: personaje principal. Cuando era niño se parecía a los aurelianos de la familia: callado, ensimismado e interesado en la platería. Cuando descubre el amor también descubre las fiestas, el derroche. Hombre de buen corazón y muy generoso.

José Arcadio Segundo: personaje secundario. En su niñez tiene el carácter de los José Arcadios: dicharachero, interesado en los inventos y en las empresas más extrañas e imposibles. Cuando es un hombre, comparte con el coronel Aureliano su interés por la guerra y las causas sociales.

Fernanda: personaje principal. Mujer dura y conservadora. Vive siempre preocupada por las apariencias.

Pilar Ternera: personaje principal. Amante y la mejor consejera de los Buendía. Pilar es una pieza fundadora de las generaciones de los Buendía. Provedora de consuelo y muy generosa.

Petra Cotes: personaje principal. Petra siempre fue la fiel amante de Aureliano Segundo. De buen corazón y llena de pasión y energía.

Aureliano: personaje principal. Aureliano comparte los gustos por la platería como todos los aurelianos. Ensimismado e inocente.

Amaranta Úrsula: personaje principal. Una mujer feliz y llena de vida. Amaranta Úrsula es la que logra cambiar el destino de los Buendía. Vive y muere feliz sin ningún asomo de amargura o soledad.



Argumento:

Esta es la historia de los Buendía, la estirpe que estuvo condenada a vivir cien años de soledad. Los Buendía pudieron descansar en paz cuando nació la primera criatura procreada en el amor verdadero.

José Arcadio Buendía y su esposa, Úrsula, son los procreadores de José Arcadio Buendía, el hijo mayor, y Aureliano Buendía, que más tarde sería coronel y Amaranta, la menor; de estos tres nacerán cuatro generaciones que, de manera cíclica como la historia, se irán relacionando y procreando entre ellos mismos, salvo algunas excepciones. Ésta familia acompañada por otros esposos, mujeres y niños, cruzan la sierra y en un lugar desierto encallado en el caribe fundan el pueblo de Macondo; el pueblo es testigo de la felicidad, de la tristeza, de la fortuna y de la desdicha en donde dignamente, durante mas de cien años, vivieron los Buendía.

Guiado por el asombro y la imaginación, José Arcadio Buendía se trastorna con la magia y las invenciones que Melquíades lleva a Macondo cada año con el circo. La obsesión de José Arcadio por las empresas mas inimaginables y su cercana relación con el gitano, Melquíades, son las constantes que marcaran y confirmarán su destino y el de toda su familia. Las relaciones de pasión-amor-odio más fuertes y destructivas se darán en el transcurrir de cuatro generaciones impregnadas por la superstición, el miedo, la religión, la soledad, la inocencia y la solidaridad. Los nombres se van perpetuando de generación en generación como los lazos carnales entre los primos y las tías, los hermanos y las abuelas, etcétera. Por la vida de los Buendía conocemos la historia de Macondo, del caribe y de América. La devastación de la tierra con la fiebre de los bananos, una guerra civil, la creación de los sindicatos.

Los Aurelianos son pensativos, meditabundos y combativos; Los José Arcadios son parranderos, obsesivos, y, locos, son todos. De estas historias personales que construyen la gran historia familiar nacen y viven los seres más extraños, mágicos y desolados que el mundo allá antes visto.



Capítulos:

1. Muchos años después, el coronel Aureliano Buendía se acordaría de cuando su padre los llevaba, a él y a su hermano, a conocer las maravillas del circo. José Arcadio Buendía amaba la época en que el circo llegaba a Macondo y con él llegaba Melquíades, un gitano extravagante que llegaba al pueblo con los inventos más extraños. Imanes que recolectaban todo a su paso, tapetes voladores y enormes cubos de hielo. Melquíades, a su despedida del pueblo, siempre le dejaba sus tesoros a José Arcadio, él, por su parte, emprendía con ellos las empresas más osadas. Úrsula, su mujer, siempre renegaba e intentaba impedir que su marido gastara el poco dinero, pero siempre era inútil. Los hijos gozaban del circo e igualmente se sorprendían por los inventos y las enigmáticas personalidades que llegaban con él.



2. El criollo cultivador de tabaco, José Arcadio Buendía, estableció una sociedad con el bisabuelo de Úrsula, el negocio fue tan productivo que en poco tiempo hicieron una fortuna. Los lazos de unión entre José Arcadio y Úrsula se estrecharon desde entonces, en el pueblo de Riohacha. La madre de Úrsula se encargaba de atormentarlos con los peligros a los que su descendencia se exponía por el parentesco familiar, eran primos, que había entre ellos. En un duelo de honor, así calificado por el pueblo, José Arcadio Buendía mató a Prudencio Aguilar cuando una noche hacía bromas sobre el matrimonio todavía no consumado por el terror de Úrsula sobre sus futuros hijos. José Arcadio y Úrsula se sintieron culpables por el asesinato, culpa que sentirían hasta en la tumba. Después de largas noches de insomnio a causa del espíritu de Prudencio, los Buendía deciden abandonar el pueblo y fundar uno nuevo: Macondo. Ya instalados en el pueblo que fundó José Arcadio con otros amigos, empezaron las visitas del circo. A la casa de los Buendía llegaba todas las mañanas Pilar Ternera, una jovial y risueña mujer que leía la baraja y ayudaba a Úrsula con las labores domésticas. Con el pretexto del juego, Pilar Ternera inició a José Arcadio en los menesteres del amor; así se inició la relación de la mujer con los Buendía. Tiempo después Aureliano se enteró de la relación que José Arcadio sostenía con Pilar y, se convirtió en su cómplice. Un jueves de enero nació Amaranta y para fortuna de su madre, Úrsula, después de una detenida examinación, era un bebé con todas las partes de ser humano.



3. Pilar Ternera parió a un Buendía, el niño, a pesar de la voluntad de Úrsula, fue llevado a la casa de los abuelos. Le dieron el nombre de José Arcadio y la abuela puso como condición que nunca se le fuera revelado su origen. José Arcadio se volvió una autoridad en el pueblo y nada se hacía sin ser antes consultado con él. Úrsula se encargó de consolidar la economía familiar, y así sería hasta sus últimos días, con su maravillosa industria de galletitas y peces azucarados. Por su parte, Aureliano había dejado de ser un niño y era lo contrario a la imagen de su hermano; Aureliano era silencioso y meditabundo y se había dado al oficio de la platería. Un domingo llegó Rebeca, con los huesos de sus padres en una caja y una carta para José Arcadio. La niña no hablaba, llegaron a creer que era sordomuda y hasta el día de su muerte la llamaron Rebeca Buendía. Descubrieron que Rebeca tenía el vicio de comer tierra y cal de las paredes; después de los esfuerzos de Úrsula dejó de hacerlo y comenzó a hablar. Con la llegada de nueva gente a Macondo llegó la enfermedad del insomnio y, más tarde, la peste de la memoria. Los habitantes del pueblo pasaban noches sin dormir y se estaban olvidando de su historia y hasta de los nombres de las cosas. De todo los curó Melquíades.



4. La casa fue remodelada y creció tanto como la familia. Rebeca y Amaranta se habían convertido en adolescentes y Úrsula decidió hacer una gran fiesta para ellas. La abuela mandó llamar a Pietro Crespi, un bailarín del cual se enamorarían las dos niñas. Amaranta cultivó un rencor por Rebeca que se llevaría hasta la tumba. Llegó al pueblo la familia Moscote, los padres y siete bellas hijas. Aureliano conoció a Remedios Moscote y quedó enamorado perdidamente de su candidez, la niña tenía nueve años. El dolor y la amargura se instalaron en casa de los Buendía cuando Pietro Crespi dejó el pueblo, Rebeca, por su parte, se queda sufriendo silenciosamente. Aureliano es el único que la comprende pues sufre del mismo mal de amor. Pilar Ternera se entera del amor que Aureliano le profesa a la menor de los Moscote y consigue que la niña acepte casarse con él. El matrimonio es aceptado bajo la condición de que Rebeca también cumpla su deseo de casarse. Amaranta la amenaza con impedir su boda, si fuera necesario, hasta con su propia muerte. Melquíades, el viejo sabio, se murió y José Arcadio se negó a enterrarlo. A l viejo José Arcadio se le iba el tiempo inventando mecanismos y estudiando los libros de Melquíades, fue perdiendo el interés por el mundo, excepto por el laboratorio que le dejó el gitano. Una tarde, José Arcadio entra en un estado tan alterado de locura que Aureliano, ayudado por diez hombres, tuvo que amarrarlo al castaño.



5. Aureliano y Remedios se casaron un domingo, Rebeca estaba muy triste por la demora de Pietro. El señor Moscote llevó un padre a Macondo que, más tarde, se daría a la tarea de edificar un templo que tardaría más de quince años en ser terminado. Amaranta, queriendo impedir la boda, propuso que la boda entre Rebeca y Pietro se realizará cuando el templo hubiera sido terminado. Hubo un nuevo y definitivo aplazamiento, la muerte de Remedios; una madrugada fue encontrada en un mar de sangre y con un par de gemelos atravesados en el vientre. Úrsula dispuso un duelo de puertas y ventanas y Rebeca volvió a comer tierra. Una tarde apareció un hombre enorme, de grandes músculos y el cuerpo curtido de sal, era José Arcadio que, muchos años atrás, se había ido con los gitanos. Rebeca descubrió en Arcadio el amor y se olvidó de Pietro. Aureliano se integra a la guerra civil, en muy poco tiempo es nombrado coronel.



6. Aureliano se aleja de Macondo, se convierte en un hombre mítico; en el pueblo se tienen noticias suyas por medio de los 17 hijos que tuvo durante la revolución. Arcadio, el nieto de José Arcadio, sigue los pasos de su tío, pero se convierte en un dictador, Úrsula lo desprecia. José Arcadio, que sigue amarrado al castaño, había perdido todo contacto con la realidad. Rebeca y José Arcadio se van de la casa pues, según Úrsula, son la deshonra de la familia. Amaranta y Pietro Crespi inician una profunda amistad que, más tarde, se convertiría en amor. Pietro le pide a Amaranta que se casen y ésta se niega rotundamente; el dolor se le vuelve insoportable y, al poco tiempo, Pietro Crespi se corta las venas. Amaranta se refugia en la costura y el hermetismo. El carácter firme de Rebeca convierte a José Arcadio en un manso hombre de trabajo. En la guerra, Arcadio es aprendido y fusilado pidiendo, como su última voluntad, que su hijo sea llamado José Arcadio y Úrsula si fuera niña.



7. La guerra había terminado pero el coronel Aureliano Buendía estaba condenado a muerte. La noche de su fusilamiento José Arcadio Buendía, rifle en mano, rescató a su hermano. El coronel y seis hombres volvieron a la guerra, dejaron Macondo para seguir la revolución. Una buena tarde llegó el telégrafo a Macondo. Rebeca y José Arcadio vivían apartados de su familia; sorpresivamente, un hilo de sangre atravesó el pueblo, desde la casa de Rebeca hasta la casa de Úrsula, la madre supo que habían matado a su hijo José Arcadio. El coronel Aureliano volvió a Macondo acompañado de su compadre Gerineldo Márquez. Gerineldo estaba enamorado de Amaranta y la visitaba todas las tardes. Úrsula le pidió a Amaranta que se casara con el coronel, ésta se indigno y, aseguró, que nunca se casaría.



8. Amaranta observaba a Aureliano José, hijo del coronel, desde su mecedor. Su sobrino había dejado de ser un niño y se resistía a dormir lejos de ella por temor a la lluvia, de juegos inocentes pasaron a quitarse las ropas, intercambiaron caricias y se perseguían por todos los rincones para amarse. Un día, cuando Úrsula casi los descubre, Amaranta salió de su fascinación y terminó de tajo con Aureliano José. El sobrino moriría enamorado de Amaranta. La vida en la casa cambiaba según los ánimos y las circunstancias de los habitantes. Una noche, cuando Aureliano José se paseaba desarmado por los antros, y en el contexto de una guerra, un capitán del gobierno lo asesinó de tres tiros. El coronel Aureliano Buendía volvió a Macondo acompañado por todo su regimiento. Úrsula descubrió, a pesar suyo, que su hijo había perdido el corazón en la revolución.



9. Llegaron a Macondo seis abogados, representantes del gobierno, en busca de el coronel Buendía para firmar ciertos acuerdos. Se firman los convenios aún cuando los abogados y el coronel reconocen que la revolución se ha convertido en una disputa por el poder. Después de veinte años de guerra, el coronel le pide ayuda a su amigo Gerineldo Márquez para acabar con la revolución donde, también, había perdido la vida y ahora le resultaba vacía. El coronel, para felicidad de su madre, vuelva a ser el hombre de la casa de los Buendía. Muchos años después, cuando el coronel seguía buscando poner fin a la violencia fue mal herido. Meses después se recuperó.



10. Santa Sofía de la Piedad había sido la mujer de Arcadio, tuvieron dos varones: Aureliano Segundo y José Arcadio Segundo. Los niños fueron tan parecidos cuando eran niños que hasta su misma madre los confundía. Aureliano Segundo se dio a la tarea de descifrar los pergaminos que Melquíades había abandonado con su muerte, pero una tarde, el gitano apareció en el laboratorio y se dispuso a transmitirle todo su conocimiento. En cambio, José Arcadio Segundo se dedicó al negocio de los gallos de pelea, Úrsula intentó evitarlo pero no obtuvo ningún resultado. Aureliano segundo conoció a la mujer que lo sacaría de su encierro y con la que compartiría toda su vida: Petra Cotes. A pesar de ser su mujer y después su concubina, la amaba más que a su propia esposa. Con Petra conoció la fortuna y la felicidad y, juntos, se convirtieron en unos despilfarradores y holgazanes. En una feria, donde Remedios, la bella, fue proclamada reina, Aureliano Segundo conoció a Fernanda que, más tarde, sería su mujer.



11. El matrimonio estuvo a punto de terminarse a los dos meses cuando Fernanda se enteró que Aureliano Segundo mantenía la relación con Petra Cotes. Fernanda venía de una familia acostumbrada a la buena vida y a cumplir con las reglas de etiqueta. Todo el tiempo que vivió en Macondo trató de imponer las mismas reglas para los Buendía. Los obligaba a sentarse a la mesa con manteles de lino y vajilla de plata. Fernanda se desvivía por atender la casa y era muy estricta con Aureliano. El hombre, agobiado por la dureza de Fernanda, se entregó al derroche de su fortuna y a vivir apasionadamente con su concubina. Pero, de su matrimonio nació Renata Remedios que, por su belleza e inocencia, sería la perdición de cuanto hombre la mirara. A su regreso de la guerra, el coronel Aureliano se había dedicado a la platería y siempre se le veía en el laboratorio de Melquíades. Una tarde, a pesar de su voluntad, su madre lo obligó a abrir la puerta. El coronel se encontró con 17 hombres que lo reclamaban como a su padre. Los 17 aurelianos se dedicaron a recorrer el pueblo y a disfrutar de los placeres de sus mujeres. Uno de ellos, Aureliano Triste llegó a la casa donde había vivido José Arcadio y después de tirar la puerta, en medio de la neblina, se encontró con Rebeca que le apuntaba con el rifle. Rebeca había estado encerrada desde la muerte de José Arcadio y estaba convertida en una anciana. Aureliano Triste había heredado el gusto por las empresas casi imposibles pero era afortunado en los negocios y, una buena tarde, decidió llevar el ferrocarril a Macondo.



12. Llegó a Macondo la luz, el cine, muchas novedades. Con el ferrocarril llegó Mr. Herbert y, un día, invitado a comer en casa de los Buendía probó los bananos. Le impresionaron tanto que en los siguientes días siempre se le vio haciendo pruebas y tomando apuntes respecto a la fruta. Después de varios meses llegó a Macondo una avalancha de forasteros que empezaron a construir casas y, más tarde, llegaron sus familias y sus animales. El pueblo se llenó de gente nueva, los gringos se habían asentado en Macondo para explotar la tierra, el banano; y el resto de la gente había llegado Macondo atraídos por las historias que se contaban del pueblo. Mientras el coronel vivía enojado por la invasión, Aureliano Segundo estaba feliz de relacionarse con gente nueva y vivir en una constante fiesta. Remedios, la bella era la única que no se alteraba con los vertiginosos cambios, pero todos los hombres que la miraban se volvían locos o se morían de amor por ella. Una tarde, mientras doblaba ropa limpia, Remedios, la bella, salió volando llevándose con ella unas sábanas. José Arcadio Buendía seguía atado del castaño y en una ocasión, mientras Úrsula lo alimentaba, le confesó su tristeza por la próxima muerte de su hijo Aureliano. El coronel cansado y enojado por la presencia de los gringos, decidió retomar las armas y acabar con ellos, acudió a pedirle ayuda a su amigo Gerineldo Márquez, éste se negó mirándolo con compasión.



13. Con el paso de los años Úrsula estaba perdiendo la vista pero seguía teniendo una energía que le permitía ocultar su vejez. La abuela se guiaba por los olores y por los sonidos y dedicaba su tiempo a la educación de José Arcadio, el hijo de Fernanda que sería Papa. Meme, la primogénita del matrimonio, sería una excelente ejecutante de clavicordio. Llegado el momento, los dos se fueron a continuar sus estudios en el extranjero. En su soledad, Amaranta había empezado a tejer su propia mortaja. Aureliano Segundo seguía siendo más feliz en los brazos de Petra y sólo volvía a la casa cuando sus hijos regresaban de vacaciones. Fernanda, por su parte, les escribía largas cartas mintiéndoles sobre la felicidad que reinaba en la casa. Aureliano Buendía pasaba todo el día recluido en el laboratorio, trabajaba en la platería. El único día que se asomó a la calle fue para ver pasar al circo. Los nuevos visitantes estaban muy lejos de parecerse a Melquíades y sus amigos.



14. Las vacaciones de Meme coincidieron con la muerte del coronel Aureliano Buendía. Meme había terminado sus estudios y se dedicaba a pasear con sus amigas y a tocar el clavicordio todas las tardes. En poco tiempo la casa se llenó de amigas que iban a la costura. Meme sobresalía por su entusiasmo y reanudó una bella relación con su padre que se desvivía por complacerla. Tiempo después, la actitud de Meme fue cambiando y su madre, Fernanda, la sorprendió en varias mentiras. Una tarde, después de días de secreta vigilancia, Fernanda la descubrió besándose con Mauricio Babilonia en la oscuridad del cine. La madre, como era de esperar, la encerró en la casa y le prohibió toda clase de visitas. Meme no parecía sufrir y, al contrario, disfrutaba de pasar horas en su cuarto. Una noche, Fernanda pidió ayuda a la policía para capturar un ladrón de gallinas que estaba en la parte trasera de la casa. Repentinamente, se oyeron unos disparos y Mauricio Babilonia cayó muerto dejando a Meme esperando un hijo suyo. Una mañana Amaranta anunció su muerte y, sin querer confesarse, se acostó en su lecho hasta que cerró los ojos.



15. Aureliano Segundo se distanció, aún más, de Fernanda por la forma en que se comportó con Meme. Años después descubrió lo que su propia esposa había intentado ocultarle, Meme había tenido un niño de Mauricio y llevaba tres años escondido en el laboratorio de Melquíades. Aureliano Segundo se encargó de su educación y lo llamó José Arcadio. Por su parte, José Arcadio Segundo había abandonado los gallos de pelea para trabajar en la compañía bananera, pero después de años de explotación se convirtió en el líder de los trabajadores y formó el primer sindicato de Macondo. El sindicato peleaba contra los gringos y José Arcadio Segundo se vio, muchas veces, en peligro de ser encarcelado. José Arcadio entendió mejor a su tío, el coronel Aureliano Buendía, pero al final de la lucha descubrió que la verdadera razón de ambos era el vació que tenían en el corazón.



16.Llovió cuatro años, once meses y dos días. Nadie podía dejar la casa, José Arcadio Segundo se pasaba el tiempo en el laboratorio platicando con Melquíades y absorto en los pergaminos. Aureliano Segundo esperaba que escampara para ir a casa de Petra. Después de un tiempo, la comida empezó a escasear y Fernanda le exigía a su marido que saliera en busca de víveres. Úrsula aseguraba que se moriría cuando escampara. Fue necesario excavar canales. En esos días se murió el coronel Gerineldo Márquez y el sepelio se vio arruinado por la lluvia. Úrsula se asomó a la ventana para despedirse de él. Aureliano Segundo va a casa de Petra Cotes y la encuentra tratando de salvar las pocas reses vivas que les quedaban. Enojada, Petra le reclama a Aureliano no haber acudido a sus llamados.



17. Dejó de llover y Úrsula se dedicó a restaurar la casa. Aureliano Segundo tomó sus baúles y regresó a casa de Petra Cotes. José Arcadio Segundo seguía estudiando los pergaminos de Melquíades. Con la restauración de la casa, Úrsula se llenó de recuerdos y se esforzó por cumplir su promesa de morir. La mujer, ya en sus últimos días, regresó el tiempo en su memoria y a los nuevos descendientes los confundía con los primeros. Rebeca murió a finales de ese año y Aureliano Segundo se hizo cargo del entierro. Con el diluvio Macondo parecía un pueblo fantasma, estaba deshabitado y todas las casas perecían caerse con solo mirarlas. Amaranta Úrsula, la hija menor de Fernanda, se fue a estudiar a Bruselas. El nueve de agosto, José Arcadio Segundo se murió mientras conversaba con su hermano gemelo. Pocas horas después, Aureliano Segundo dejó de respirar cuando dormía en la cama de Fernanda. Petra Cotes intentó ponerle los botines con los que siempre había deseado morir, pero Fernanda le prohibió la entrada a la casa. Los gemelos fueron enterrados en baúles iguales y volvieron a ser idénticos como lo fueron en la niñez.



18. Aureliano no abandonó en mucho tiempo el cuarto de Melquíades. Había empezado a traducir los pergaminos; Santa Sofía de la Piedad se encargaba de llevarle café, un poco de comida y de cortale el pelo. Desde la muerte de Aureliano Segundo, Fernanda se encargaba de mandar todos los días un canasto con víveres. Así humillaba a quien la había maltratado. Para Santa Sofía de la Piedad el que hubiera pocos habitantes en la casa le permitía descansar, la casa se precipitó en una crisis de senilidad y estaba casi en ruinas. Santa Sofía de la Piedad después de desistir de seguir trabajando, tomó sus pocas cosas y abandonó la casa y a Aureliano con Fernanda. Pasaron los años y Fernanda empezó a disfrutar de los recuerdos, una mañana Aureliano la encontró tendida en su cuarto vestida de reina. Aureliano, deseoso de seguir estudiando, salió a la calle en busca de ciertos libros. Así, Aureliano estaba consiguiendo traducir los pergaminos y empezó a disfrutar de ir a la librería.



19. Amaranta Úrsula regresó en diciembre. Apareció sin previo aviso, con bellos vestidos, hermosos collares y con su esposo. El hombre con quien se había casado era mayor que ella y tenía facha de navegante. Con Amaranta Úrsula llegó la felicidad. Volvió para quedarse y estaba dedicada a la salvación de la casa. Aureliano se mantenía encerrado en el taller y absorto en los estudios. Amaranta Úrsula acabó con las hormigas, revivió las flores, abrió las puertas y las ventanas. Su marido moría de amor por ella y le cumplía todos sus deseos. Una mañana, Amaranta Úrsula entró al taller y empezó a conversar con Aureliano. Amaranta Úrsula gozaba de hacer el amor con su marido sin importarles donde, Aureliano estaba profundamente enamorado de Amaranta. Se lo confesó a Negromante, una muchacha con la que Aureliano pasaba muchas noches. Un día, mientras el marido de Amaranta escribía cartas a sus amigos, Aureliano entró en la alcoba de su tía y la despojó de sus ropas. Lo que empezó en un forcejeo de resistencia terminó siendo un acto de amor y pasión.



20.Pilar Ternera se murió sentada en su mecedor de bejuco. Gastón, el marido de Amaranta Úrsula decidió viajar a Bruselas para supervisar sus negocios. Con su partida, Aureliano y Amaranta Úrsula se dieron a la tarea de amarse. Mientras ella cantaba de placer, Aureliano se iba haciendo más absorto y callado, porque su pasión era ensimismada. De pronto, Amaranta Úrsula recibió la noticia del regreso de Gastón, la mujer le respondió la carta contándole de su amor por Aureliano y, para sorpresa de ambos, Gastón los felicitó y les deseo lo mejor. La feliz pareja estaba esperando un hijo. Aureliano empezó a rastrear su origen pero no encontró a nadie que lo ayudara. Amaranta Úrsula hacía collares de vértebras de pescados, pero nunca encontró quien se los comprara. El niño nació y lo llamaron Rodrigo. Después de cortarle el ombligo, la comadrona se puso a limpiarlo ayudada por Aureliano. Cuando lo voltearon boca abajo descubrieron que el niño tenía cola de cerdo. La comadrona les dijo que podrían cortársela cuando el niño mudara los dientes, Amaranta Úrsula y Aureliano se quedaron tranquilos. Amaranta Úrsula estaba perdiendo mucha sangre y después de varios días se murió. Absorto en su dolor, Aureliano se olvidó de su hijo hasta que Nigromanta acudió para ayudarlo. Aureliano tuvo la revelación de encontrar en los pergaminos la historia de sus vidas y el trazo de su destino. Aureliano descubrió que su familia había estado condenada a cien años de soledad.





Para que te luzcas!

Este libro es una pieza fundamental de la literatura latinoamericana del siglo XX y, sobre todo, del llamado Realismo mágico. Gabriel García Márquez formó parte del boom latinoamericano y siempre se ha reconocido como un denostador y critico de las dictaduras en el continente. Cien años de soledad, en su momento, fue importantísimo porque el desborde de fantasía mezclada con la realidad. Es un libro que te envuelve en sus historias y que atrapa tu atención desde sus primeras páginas. Los personajes representan y exaltan las características más crudas y las más grandes del ser humano

Resumen de Los secretos de innovación de Steve Jobs

Steve Jobs ha reinventado la distribución de música, el teléfono móvil y la manera de publicar libros. Es un innovador capaz de convertir ideas en productos multimillonarios que todo el mundo quiere y admira.

Y es que cuando se trata de innovar, el CEO de la Apple es toda una leyenda. El eslogan de su compañía “Piensa diferente”, no es sólo un recurso de marketing sino, sobre todo, una manera de vivir.

El presente texto constituye una presentación de los recursos y las técnicas que han convertido a Steve Jobs en uno de las grandes figuras de la cultura popular y comercial de todo el mundo.

Resumen de Pequeños gigantes

No todos los dueños de compañías quieren que estas crezcan, se coticen en la bolsa y produzcan lo suficiente como para vivir felices para siempre. De hecho, un creciente número de compañías, y sus fundadores, están siguiendo un camino diferente.

Estas compañías no tratan de crecer constantemente sino que prefieren ser grandiosas, es decir, ser las mejores en lo que hacen. Esta es la génesis de los “pequeños gigantes”, compañías que han decidido, además, permanecer en manos privadas.

Lo que impulsa a un pequeño gigante no es el afán de producir cada vez más, sino la pasión de su fundador y empleados. Entre los temas tratados están: resistirse a crecer, crear lazos permanentes con la localidad y crear una cultura corporativa.


Sobre Pequeños gigantes
EDITORIAL Portfolio
AÑO PUBLICACION 2005
PÁGINAS 256
ENVIADO EN 01/2007
RATING AMAZON
# PALABRAS 4,344
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Contenido de Pequeños gigantes
INDICE DE CONTENIDO

Resistirse al llamado de ser más grande
Los propietarios deben pertenecer a la compañía
Crear lazos permanentes con la localidad
Crear lazos con proveedores y clientes
Ofrezca exactamente lo que necesita el cliente
Crear una cultura corporativa que nos quede bien
Permita que cada quien siga sus pasiones
PALABRAS CLAVE (beta)

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Resistirse al llamado de ser más grande

Es normal que las compañías crezcan tanto que eventualmente tengan que vender sus acciones públicamente. Todos los consejeros profesionales (banquero, abogado, contador y consultores) constantemente alentarán un rápido crecimiento de la compañía. La razón de esto es que mientras más grande termine siendo la compañía, mejor se verán sus consejos y habrá más posibilidades de que la compañía trabaje con ellos en el futuro.

A pesar de todas las presiones, hay alternativas que pueden y deben ser consideradas. El dueño de la compañía podría tomar un camino mucho menos publicitado: asir bien su compañía y mantenerla privada. Esta opción trae consigo una serie de ventajas que no tiene la venta pública de acciones:

Es posible elegir y desarrollar el estilo de vida que queramos sin tener que justificarnos ante otros accionistas.

Es posible tomar decisiones sin tener que darle explicaciones a nadie.

Podemos tratar a los empleados como si fueran miembros de nuestra propia familia si así lo queremos.

Podemos decidir qué tanto crecer, y si decidimos no crecer más, está bien. Esa es nuestra decisión.

Podemos construir algo único, independientemente de cuánto dinero haya disponible.

Podemos actuar impulsivamente o incluso asumir riesgos si queremos.

Tenemos la libertad de hacer algo que consideremos diferente en vez de caer en la rutina de generar cada vez más y más ventas.

Lo importante es saber que el éxito en los negocios no es unidimensional como parece. El mundo comercial y los medios de comunicación alaban tanto a las compañías públicas, que la mayoría de la gente cree que esta es la única forma de lograr el éxito. Pero hay otras opciones muy atractivas.

Caso #1: Clif Bar Inc. (Berkeley, California)

En 1992, Gary Erickson era un apasionado ciclista, montañista y músico. Un día, mientras montaba bicicleta, decidió impulsivamente que él podría hacer una mejor barra energética que las que estaban disponibles en el mercado. Erickson se puso a trabajar en la cocina de su madre y, dos años después, había desarrollado la receta de un nuevo tipo de barra energética. Erickson llamó a su nueva barra Clif Bar, por su padre Clif Erickson.

Desde sus humildes comienzos hasta 2000, Clif Bar se había convertido en un negocio de US$ 39 millones anuales, dirigido por Erickson y su socia, Lisa Thomas. Cuando sus dos mayores competidores (Power Bar y Balance Bar) fueron vendidos a Nestlé y Kraft, respectivamente, Erickson se dio cuenta de que, para poder competir, debía venderle su negocio a una compañía con más recursos. Así que negoció un acuerdo de compra con Quaker Oats por US$ 120 millones. Resultaba muy atractivo para cada socio poderse embolsillar US$ 60 millones cada uno. Sin embargo, cuando Erickson estaba a punto de firmar la venta, fue sobrecogido por las emociones. En parte, esto se debía al hecho de que Quaker Oats le había informado que Clif Bar se mudaría en unos meses a otra zona y que la nueva gerencia sería nombrada más tarde.

Erickson le informó a Quaker Oats que no podía continuar con la venta. Esto generó roces con su socia, quien temía perder todo lo que habían logrado hasta los momentos. Así que renunció a la compañía e insistió en que Erickson la liquidara. Este resolvió pagarle US$ 65 millones en cinco años. En el momento en el que llegó a este acuerdo, Erickson sólo tenía US$ 10.000 en su cuenta bancaria.

A pesar de que tenía una deuda de US$ 15 millones más lo que se le debía a Thomas, la compañía continúo con firmeza. Todo el mundo comentaba que Clif Bar desaparecería frente al poder financiero de los otros dos conglomerados. A pesar de todo, Clif Bar no sólo sobrevivió sino que además prosperó. La compañía pasó de producir US$ 39 millones en ingresos, en 1999, a US$ 92 millones en 2004, sin apoyarse en ningún inversionista ni aumentar considerablemente su fuerza laboral.

Los propietarios deben pertenecer a la compañía

Algunas compañías tienen estructurados sus capitales de tal manera que estos terminan siendo las víctimas del éxito de aquella. El capital es necesario para hacer crecer la compañía o para crear economías de escala. Por lo general, hay que buscar inversionistas externos para que pongan sus capitales a disposición de la compañía. Pero si queremos tener éxito con nuestro pequeño gigante, debemos evitar los inversionistas externos.

Los principales problemas con los inversionistas externos son:

Siempre están buscando una estrategia de salida para sus inversiones: por tanto, si aparece un posible comprador, los inversionistas lo acogerán con entusiasmo aunque esto le traiga consecuencias negativas a la compañía.

Prefieren que el valor de su inversión esté claramente establecido: por tanto, les atrae la visibilidad y liquidez de una compañía pública. Esto les permite conocer el valor de su inversión con mayor precisión (es muy difícil determinar el valor de una compañía privada).

Quieren crecer: presionarán para que la compañía crezca a expensas de cualquier otra opción. Los inversionistas siempre vienen con la expectativa de obtener un buen retorno por su inversión.

Prefieren un tren gerencial con experiencia que a usted: mientras más dinero consigamos, mayor será la presión. Esto conlleva a una típica situación: sin gerentes experimentados no conseguiremos inversión para que la compañía crezca; pero estos gerentes son tan solicitados que contratarlos nos costará el dinero que no tenemos. Además, a los gerentes les gusta ser contratados por compañías que eventualmente venderán sus acciones públicamente, porque esto realza mucho sus resúmenes curriculares.

Aparte de la presión por parte de los inversionistas externos, habrá otros elementos del negocio ansiosos por que la compañía crezca:

Los empleados quieren oportunidades para ampliar sus carreras mediante nuevos cargos.

Los proveedores siempre nos conminarán a crecer, sobre todo si somos sus distribuidores.

Los clientes nos pedirán que hagamos más negocio con ellos; tal vez para surtir sus tiendas en otras regiones.

El clima social y cultural pedirá a gritos un gran crecimiento. Esto es propio de la mentalidad empresarial. Todo el mundo cree que mientras más grande, mejor; y que hay que aprovechar cualquier oportunidad en este sentido.

Caso #2: Anchor Brewing (San Francisco, California)

A pesar de que Fritz Maytag era el bisnieto del fundador de la gigante tienda de artefactos, siempre prefirió las cosas pequeñas y bellas. Esto incluso se extendía a sus intereses comerciales. Y cuando se graduó en 1965 en la Universidad de Stanford, Maytag compró Anchor Brewing, unas de las primeras microfábricas de cerveza de Estados Unidos, creada hacia 1800, en California, en plena “fiebre del oro”. También se volvió socio en una fábrica de quesos. A principios de los años noventa, la demanda por el producto mejor conocido de Anchor Brewing, Anchor Steam Beer, había crecido de 600 barriles en 1965 a más de 12.000 barriles. Anchor Brewing estaba a la cabeza de la revolución de las micro fábricas de cerveza, que conmovería los cimientos de la industria.

A principios de los años setenta, el distribuidor de Anchor en Nevada llamó a Maytag con la noticia de que el gerente general del nuevo MGM Grand Casino, en Reno, le había contactado porque quería servir Anchor Steam en cada bar del casino. Pero Maytag rechazó la oferta a pesar de que significaba una gran ganancia. Hubiera sido posible sub-contratar a otro fabricante para que produjera la cerveza, pero Maytag sentía que estaba comprometiendo su autenticidad. Por el contrario, Maytag mudó la compañía en 1977 a un edificio más grande y continuó desarrollándola gradualmente.

A principios de los años noventa, la demanda por los productos de Anchor puso de nuevo en entredicho la capacidad de la compañía. Maytag pensó en hacer una venta pública de acciones y así obtener el dinero necesario para expandir la capacidad de la compañía una vez más. Pero mientras más analizaba las implicaciones de contar con nuevos inversionistas, menos cómodo se sentía con la idea de la venta pública de acciones.

Con el fin de moderar la demanda de los productos Anchor, Maytag implementó una estrategia innovadora. Ayudó a otras micro fábricas de cerveza a establecerse. Maytag incluso ayudó a sus rivales a mejorar sus técnicas de fermentación. Con el tiempo surgió un gran número de fabricantes de cerveza en todo el país, lo que le permitió a Maytag conservar a Anchor Brewing tal cual era: una empresa de la cual estaba orgulloso. Esta satisfacción era más importante para Maytag que crear un imperio cervecero.

Crear lazos permanentes con la localidad



Los pequeños gigantes suelen ser peculiares e individualistas. Estas compañías suelen tener personalidades distintivas, parecidas a las de la comunidad en la que están ubicadas. Hay el compromiso de ser un buen ciudadano corporativo, y esto genera una fuerte cultura corporativa. Esta peculiaridad suele jugar un importante papel dentro del éxito de la compañía.

Algunos ejemplos del tipo de compromiso comunitario que generan los pequeños gigantes son:

La cantautora Ani DiFranco fue cortejada por todos los grandes sellos disqueros, pero decidió más bien montar su propio sello junto a su socio, Scot Fisher. La compañía se llamó Righteous Babe y abrió sus oficinas en Buffalo, Nueva York. DiFranco y Fisher se dedicaron fervientemente a su trabajo creando cerca de 125 puestos de trabajo en una ciudad con una alta tasa de desempleo. Compraron una vieja iglesia y la convirtieron en sus oficinas principales, con todo y sala de conciertos, bar, galería de arte y oficinas para las organizaciones de arte locales. Righteous Babe también insistió en valerse de proveedores locales. Esto ha convertido a la compañía en un fenómeno local, y su cultura está en sintonía con la de Buffalo.

Reel Precision Manufacturing está ubicada en St. Paul, Minnesota. Sus tres fundadores hicieron de la responsabilidad social una prioridad, así que se comprometieron a hacer “lo correcto aunque no fuera rentable”. Los tres líderes suelen trabajar con instituciones de caridad y frecuentemente hablan en universidades y frente a grupos comunitarios sobre ética comercial. Los empleados participan en las decisiones de la compañía y en la resolución de conflictos. El resultado es que Reel es considerada parte de la cultura comercial de la ciudad, y bastión de la responsabilidad corporativa.

Caso #3: Zingerman’s (Ann Arbor, Michigan)

En 1982, Ari Weinzweig y Paul Saginaw decidieron abrir una tienda de delicateses en Ann Arbor, Michigan. En Ann Arbor está ubicada la Universidad de Michigan y todo el pueblo es una típica comunidad universitaria. Querían ofrecer los productos refinados y servir los mejores sándwiches del mundo.

En una década, Zingerman’s ganó una gran reputación. Aparecieron reseñas sobre el local en varias publicaciones del ramo. Además, sus productos se convirtieron en una leyenda de la localidad. El paso obvio era abrir una cadena de establecimientos Zingerman’s en otras ciudades, pero Weinzweig estaba negada porque no podrían mantener los estándares. Así que desarrollaron otra estrategia de crecimiento. Decidieron constituir la Comunidad de Negocios de Zingerman’s (ZcoB, por sus sigla en inglés).

En esencia, ZcoB era un conglomerado formado por 12 o 15 negocios independientes. Todos estarían ubicados en Ann Arbor y llevarían el nombre Zingerman’s, pero cada compañía tendría su especialidad e identidad propia. La idea era llegar a la meta de 12 o 15 negocios en el 2009. Zingerman’s va por buen camino, pues en 2002 ya contaba con 7 de los negocios.

Zingerman’s y ZcoB juega hoy en día un importante papel en la comunidad de Ann Arbor. No sólo crea empleos, sino que retribuye con creces a la comunidad. Por ejemplo, Zingerman’s estableció Food Gatherers en 1988. Esta compañía se dedica a recolectar cualquier producto que no esté fresco en los demás establecimientos de comida. Luego, estos productos son entregados a diversas instituciones de caridad. Entre 2 y 3 toneladas de alimentos son redistribuidas de este modo en la comunidad. Zingerman’s también ofrece becas escolares y apoya los refugios para indigentes.

Crear lazos con proveedores y clientes

Todos los pequeños gigantes suelen centrarse en el cliente. Esto es natural, pues estas compañías no están tratando constantemente de pasar al próximo nivel de ventas. Además, debe ser una consecuencia de la obsesión de sus dueños por conservar las culturas corporativas que crean. En todo caso, es una constante que este tipo de compañía siempre cuenta con clien tes satisfechos.

Una consecuencia de esto es que los pequeños gigantes siempre crean lazos inusualmente fuertes con sus proveedores. La idea es incluir a los proveedores en la cruzada por alcanzar altos niveles de excelencia.

Para establecer lazos tan fuertes con sus clientes y proveedores, no existe una receta, pero si algunas prácticas que siguen los pequeños gigantes:

Muchos se valen de la educación para establecer su relación con el cliente: le enseñan qué es lo que puede esperar y después se responsabilizan por ofrecer dicho servicio.

Crean lo que se podría llamar “sentido de comunidad”: crean una causa común entre la compañía, los clientes y los proveedores. Este se sustenta sobre tres pilares:

Integridad: la compañía es lo que proclama.

Profesionalismo: se ofrece lo que se promete.

Crear una conexión humana.

Son leales; se quedan con los mismos proveedores a pesar de que haya mejores opciones: en muchos casos estos proveedores han creado su negocio alrededor del éxito del pequeño gigante, y hay un sentimiento recíproco de aprecio en la relación.

Cuentan con una cultura corporativa coherente: así que todos los integrantes de la organización se comportan según los mismos valores. Esto quiere decir que siempre se ofrece el mismo mensaje independientemente de quién lo de.

“Personalizan” sus transacciones: los clientes nunca sienten que son un número más. Por el contrario, sienten que están recibiendo una atención extraordinaria.

Cuando se comenten errores, se ocupan de arreglar las cosas: porque saben que hasta el mejor plan puede salir mal. Por tanto, aprovechan estas situaciones para ofrecer un servicio que las diferencie del resto.

Caso #4: ECCO (Boise, Idaho)

ECCO se llamaba originalmente Electronic Controls Company. Fue establecida en 1972 cuando ciertas instituciones determinaron que se debían colocar alarmas en algunos modelos de vehículos. La compañía fue fundada por Carl Peterson, pero luchó por sobrevivir hasta la llegada de Jim Thompson en 1984. Él y dos amigos compraron la compañía, y en 1988 establecieron un programa de compra de acciones para los empleados.

Thompson revitalizó ECCO desarrollando relaciones personales con los distribuidores y proveedores de la compañía. A principios de los años noventa, las acciones de la compañía habían aumentado en 33% y las ventas habían llegado a 9,5 millones. Por su parte, otro de los socios, Ed Zimmer, aplicó las ideas de un experto en comportamiento de la Universidad de Boise, y creó aún más intimidad con el cliente. Los productos y servicios de la compañía fueron rediseñados y la compañía adquirió nuevos equipos y sistemas. La idea era proveerles a los clientes más productos que satisficieran sus necesidades a un menor costo.

La falta de credibilidad de la compañía fue un obstáculo al principio para incrementar el número de productos. Aunque se sabía que las alarmas de ECCO eran buenas, había cierto rechazo hacia los otros productos. ECCO superó este problema contratando mejores ingenieros y creando productos que los clientes realmente necesitaran. En otras palabras, trabajando estrechamente con los clientes.

Además, ECCO aprovechó con creces la llegada de la Internet. Se les permitía a los clientes revisar los nuevos diseños por Internet, e incluso opinar al respecto, antes de que los diseños fueran a la línea de producción. Por otra parte, la compañía innovó mucho. De hecho, en 2004, 80% de las ganancias de la compañía provenían de productos que no existían 8 años antes.

Pero lo más importante para la compañía continúa siendo su gente y la pasión que ponen en su trabajo. En ECCO todo el mundo puede enterarse acerca de los resultados financieros de la compañía. Esto es así porque la mayoría de la compañía pertenece a los empleados.

Ofrezca exactamente lo que necesita el cliente

En definitiva, todo lo que hace grande a una compañía (una buena marca, productos y servicios atractivos, una estrecha relación con proveedores y clientes, participación en los asuntos de la comunidad) depende de quienes trabajan día a día en la misma. Los pequeños gigantes ofrecen los mismos beneficios que las demás compañías, pero además, ofrecen una especie de intimidad que magnifica las acciones de los empleados. En resumidas cuentas, las personas que trabajan para un pequeño gigante se preocupan por su trabajo personalmente porque saben que la compañía los apoyará en cualquier situación.

Para lograr este intenso sentimiento de camaradería, hay varios enfoques que se pueden adoptar, tal como lo hacen los pequeños gigantes. Estos:

Tienden a mantener pequeños equipos de trabajo: de modo que el gerente pueda tener contacto directo con cada miembro. Se crea un clima familiar en el que todo el mundo sabe lo que está ocurriendo. Esta es la mejor forma de que todo el mundo de lo mejor de sí.

Hacen las cosas bien: es decir, contratan a las personas adecuadas y después se concentran en mantenerlas felices.

Suelen crear nuevas formas de valorar a sus empleados: haciendo pequeñas cosas que satisfagan sus necesidades, como aumentos o ayuda educativa.

Se esfuerzan por crear una atmósfera colegial en el lugar de trabajo: se fomenta el respeto y la confianza en los colegas. El resultado es que los empleados se sienten orgullosos de que la compañía logre sus objetivos. Además, esta atmósfera ayuda a resolver conflictos. Todo el mundo debe sentir que no hay propósitos escondidos y que todos son tratados por igual. Cuando aparezcan diferencias, debe haber una estructura transparente y clara para llegar a una decisión que todos puedan aceptar.

Caso #5: O.C. Tanner Co. (Salt Lake City, Utah)

En 1927, Obert Tanner, estudiante de 23 años de edad, estaba ocupado tratando de obtener suficiente dinero para pagarse su educación en la Universidad de Utah. Tenía un empleo a tiempo parcial en una joyería, y se le ocurrió venderles anillos de calidad a los estudiantes que se estaban graduando. La idea fue bien recibida y esto lo convenció de que podía hacer un buen negocio. Obert no estaba contento con la calidad de los anillos que vendía la joyería en la que trabajaba, así que decidió confeccionar sus propios anillos.

A principios de los años cuarenta, Tanner decidió expandirse ofreciéndoles anillos a las compañías para que les hicieran un reconocimiento a los empleados veteranos. Esto se convirtió en su negocio principal y sus ventas crecieron desde US$ 2,7 millones, en 1960, a US$ 86,4 millones en 1980. Al mismo tiempo, la fuerza laboral de Tanner creció de más o menos 200 empleados a más de mil. Tanner incluso creó un negocio para hacer los diplomas que acompañaban a sus anillos. Con el tiempo, este negocio llegó a producir US$ 20 millones en ventas cada año, y los ingresos totales de la compañía llegaron a US$ 214,1 millones en 1993.

Incluso cuando la compañía llegó a tener 1.700 empleados, a principios de los noventa, Tanner recorría la empresa y hablaba con los empleados sobre sus pasatiempos, sus familias y sus aspiraciones. Además de ofrecer horarios de trabajo flexibles, Tanner hacía encuestas entre los empleados para saber cuál era la opinión de los mismos. La compañía pagaba bonos de todo tipo a pesar de que sus salarios eran bastante altos.

Cuando Ober Tanner murió en 1993, todavía poseía 65% de la compañía. Tanner colocó estas acciones en un fideicomiso bajo la condición de que la compañía no fuera vendida, se fusionara o vendiera acciones públicamente. Su intención fue proteger a sus empleados de inversionistas externos.

Crear una cultura corporativa que nos quede bien

La mayoría de los fundadores de compañías que se transforman en pequeños gigantes son idealistas. Tienen sus propias ideas sobre cómo debe estar estructurado el lugar de trabajo y ponen sus ideas en práctica en su propia compañía. El resultado es que los pequeños gigantes poseen culturas corporativas que influyen en todo lo que hacen. Los pequeños gigantes pueden probar diversas filosofías gerenciales porque no tienen que rendirles cuentas a los analistas financieros que siguen el desempeño de las compañías públicas.

Aunque las culturas difieren enormemente entre compañías, siempre hay ciertas semejanzas entre las culturas corporativas de los pequeños gigantes:

El concepto de “líder servicial” es muy común: esto significa que los líderes de la organización están ahí para ayudar a los empleados a ser más eficientes, no para decretar qué se puede hacer y qué no.

La mayoría mezclan la ética y fuertes sistemas de creencias con su negocio: por ejemplo, fundamentan todo abiertamente a partir de creencias cristianas (“hazle a los demás lo que quisieras que hicieran contigo”).

La mayoría prefieren la pasión frente al crecimiento a toda costa: no es inusual que un pequeño gigante trate de disminuir su fuerza laboral y, al mismo tiempo, conservar a todos los empleados. Esta dinámica contradictoria significa que quien entra a la compañía y se desempeña adecuadamente tenderá a permanecer mucho tiempo en la misma.

Suelen carecer de jerarquías: no es raro ver a los líderes corporativos junto a todo el resto del personal y cumpliendo con sus responsabilidades gerenciales en su tiempo libre a pesar de que tienen grandes cantidades de trabajo.

Las culturas corporativas no están centradas en crear valor para el accionista ni en maximizar las ganancias: se entiende que la compañía debe generar ciertos ingresos para mantenerse, pero hay cosas más importantes que la simple maximización de las ganancias.

Caso #6: Hammerhead Productions (California)

Hammerhead Productions es una compañía de efectos visuales, localizada en Studio City, California. Fue fundada por cuatro veteranos de la industria cinematográfica, que querían un negocio que les permitiera ser creativos. Estaban cansados de trabajar para grandes compañías de efectos visuales, que sólo se enfocaban en el lado monetario del negocio.

Para mantener su movilidad, los cuatro socios decidieron que la compañía fuera pequeña, con sólo 14 empleados a dedicación exclusiva. Cuando trabajaban en un proyecto grande contrataban personal adicional. Esto les permitía dedicarse a varias cosas a la vez.

Un buen ejemplo del funcionamiento de este sistema es cuando Hammerhead fue contratada para hacer los efectos especiales de Las crónicas de Riddick. Hammerhead contrató a 65 empleados más para el proyecto, lo que diluía un poco la cultura de la compañía. Los empleados permanentes se tuvieron que convertir en los gerentes de otras personas. Esto tenía sus ventajas y sus desventajas. Además, el proyecto se tardó más de lo calculado, así que los márgenes de ganancias fueron menores. Pero este proyecto fue la tarjeta de presentación de Hammerhead en toda la industria.

Permita que cada quien siga sus pasiones

Sin lugar a dudas, los pequeños gigantes son compañías extraordinarias. Son capaces de unir en un mismo lugar arte y negocio de un modo interesante. Los pequeños gigantes hacen cosas dignas de mención:

Suelen ser dirigidos por personas que tienen muy claro lo que quieren ofrecer y han estructurado la compañía para ofrecer exactamente eso. Esto suele incluir un emocionante reto, un sentido de camaradería y gran satisfacción. Estos líderes sienten tanta pasión por lo que hacen que cualquiera que los conoce queda empapado de entusiasmo.

No valoran su compañía mediante las nociones tradicionales: qué tan grande y rentable es la compañía. Se preocupan más por las relaciones con empleados, clientes y proveedores. Tratan de que la gente se sienta inspirada por lo que está haciendo la compañía.

Son disciplinados. No harán nada por dinero. Les encanta lo que hacen y se concentran en eso. Saben bien en qué negocio están y lo tratan de hacer lo mejor posible.

Armonizan el lado comercial de sus actividades con el lado creativo. Se valen del negocio para desarrollar sus intereses artísticos. De esto modo, el crecimiento viene determinado por lo que apasiona a las personas.

Caso #7: CitiStorage Inc. (Brooklyn, Nueva York)

Norm Brodsky es el fundador y CEO de CitiStorage. Tras crear y perder una compañía de encomiendas de US$ 45 millones anuales, tuvo una epifanía: entendió que era mejor tener una compañía rentable de US$ 10 millones que tratar de crear una compañía de US$ 100 millones que nunca produce dinero. Así que decidió entrar en el negocio del almacenamiento, a pesar de lo competido que era el sector.

Cuando CitiStore apareció por primera vez, Brodsky descubrió que era difícil conseguir clientes porque todos tenían contratos a largo plazo con otros proveedores. Estos contratos suponían una tarifa de US$ 5 por remover una caja, que debían ser pagados por adelantado.

Brodsky respondió a esto comprando un almacén con un techo inusualmente alto. Así que podía almacenar 150.000 cajas en 10.000 pies cuadrados, mientras que la competencia sólo podía almacenar 40.000 o 50.000 cajas en el mismo espacio. Luego, Brodsky estableció mejores tarifas y le ofreció pagarle al cliente por remover las cajas de otros almacenes y traerlas a su almacén. La competencia se volvió loca y al momento en el que ofrecía lo mismo, CitiStore ya estaba bien establecida y a la cabeza de la industria.

Para mantener la delantera, Brodsky hizo otra cosa inusual. Le pagó a cada uno de los más de 400 empleados de la compañía un curso de servicio al cliente. Los resultados fueron impresionantes. Las relaciones entre los departamentos mejoraron porque cada quien sabía cuál era el papel del otro. Pero más importante aún fue que, cuando Brodsky trajo a un cliente para que conociera las instalaciones, los empleados lo saludaron, le sonrieron y lo hicieron sentir bienvenido. Esto generó muchos comentarios y nuevos contratos.